viernes, 18 de marzo de 2011

Oda a Morrison


El efebo batió los cascabeles.
Un grito ahogado
bajó hasta las piedras;
el secreto va rodando
hasta caer en el abismo.
Es el fin-piensa-.
El adonis sujeta sus mangas
al cerrar los ojos;
Está viendo a los otros.
El ayer reclama su tiempo
y hace del camino un triángulo de luces.
El joven y el piélago
de donde suben sus antepasados
entran en el prisma,
hay un destello de sabiduría
que recogen sus edades mozas
con la piel expuesta a esta tormenta.
Jim está preparado para sujetarse y caer.
La muerte lo espera abajo;
él baja húmedo,
dispuesto a apagar los fuegos
de donde nacen todos sus símbolos.

Paola Muñoz

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